Muchas veces me preguntan cuál es la base de mi dieta, lo que como a diario. Y siempre respondo: muchas hojas verdes y todas las verduras, frutas, frutos, semillas, setas y fermentos del reino vegetal. Pero, sobre todo, muchas hojas verdes en forma de batidos y licuados verdes a lo largo del día.

Cuando incluímos hojas verdes en nuestras ensaladas —a diferencia de los batidos verdes—, las aliñamos con especias (pimienta), grasas vegetales (aceite de oliva, de girasol, de lino) y otros condimentos (vinagre, salsas). El exceso de mezclas hace que se dificulte la digestión y, más tarde, la absorción de nutrientes de las hojas en vez de ayudar a nuestro sistema digestivo a digerirlas de manera más fácil y eficaz. Por esto, y por otros motivos expuestos a continuación, los batidos verdes dw combinaciones sencillas son la base de mi alimentación y mi fast food. 

Sol líquido, luz de vida

No hay que ignorar que las plantas son los únicos seres vivos capaces de transformar la luz del sol en su propio alimento y transformarse así ellas mismas en un alimento lleno de luz de vida, de fuerza vital, que todas las criaturas pueden consumir. La clorofila, que pinta de verde las plantas, es en esencia sol líquido. Las hojas verdes son vitales para la supervivencia de todos los seres vivos del planeta, el ser humano incluido. Las plantas —las verduras— contienen  todos los minerales, vitaminas esenciales e incluso aminoácidos que el ser humano necesita para su salud. Y las hojas verde oscuro son las reinas se lo antioxidantes, vitaminas, minerales, proteínas e incluso omega–3.

Clorofila, hemoglobina verde

La clorofila es curativa. A nivel molecular, es casi idéntica a la sangre humana, sólo que donde en la sangre humana hay hierro, en las plantas hay magnesio. Podemos pensar en tomar batidos verdes como en una manera de realizar una transfusión de sangre. No sólo aumentamos la cantidad de hojas verdes que consumimos al día si nos preparamos varios batidos a diario, sino que al estar mucho mejor trituradas de lo que las triturarían nuestros dientes, están en un estado más digerible y que permite que aprovechemos de manera más eficaz y con menor esfuerzo todos sus nutrientes. Eso sí, por muy batidos o licuados que estén, no hay que olvidarse de insalibar bien cualquier ingesta, “masticar” incluso lo más líquido.

Composición molecular de la hemoglobina (izquierda) versus la clorofila (derecha).

La ingesta de clorofila equilibra de forma eficiente el metabolismo celular, apoyando la regeneración celular y siendo un compuesto tónico que aporta energía y vigor. Se recomienda su uso en anemias, pérdidas de sangre  y en casos de debilidad, astenia e intoxicaciones. La clorofila dispone de una acción destacada sobre los sistemas cardio–circulatorio, digestivo y apoya la función desintoxicativa hepática y renal.

Los alcaloides: la manera natural que tienen las plantas de asegurar su propia supervivencia

Las hojas verdes en concreto son la parte más nutritiva y más cargada de antioxidantes de cada planta. Es esta parte la que consumen los animales de manera natural. Para luchar por su supervivencia, las plantas contienen trazos de alcaloides en sus hojas. Los alcaloides en pequeñas cantidades son beneficiosos y ayudan a fortalecer el sistema inmune y a alcalinizar la sangre, aunque en grandes cantidades son tóxicos y pueden llevarnos a no sentirnos bien —si consumimos grandes cantidades del mismo tipo de hoja verde de manera continuada podemos sentir cansancio, náuseas, decaimiento, vómitos, mareos; todos éstos son síntomas de exceso o intoxicación. Los alcaloides no son más que la manera natural que tienen las plantas de asegurar su propia supervivencia, de que los animales que se alimentan de ellas tengan que ir variando la ingesta de diversos tipos de plantas y no acabar de esta manera con ninguna especie.

Rotar la ingesta de hojas y verduras

Como os contaba, la mayoría de plantas y verduras contienen alcaloides de diferentes tipos, con lo cual no hay que olvidarse de ir rotando el tipo de hojas en nuestros batidos verdes, lo mismo que hacen los sabios animales en la naturaleza. Esto no quiere decir que cada semana consumamos sólo un tipo de hoja, al contrario, la mezcla consciente de hojas y verduras en las comidas es mucho más beneficiosa y nutritiva que hacer una monodieta —comer mucho de un sólo ingrediente—, pues los diversos beneficios y nutrientes de los alimentos se combinan entre sí para una más eficiente asimilación a nivel ortomolecular y una mejor biodisponibilidad.

No es necesario que rotemos la fruta muy a menudo, pues raramente contiene alcaloides. De hecho, en la naturaleza, muchas frutas cuando están maduras son atractivas de formas, olor y color para asegurarse ser comidas y así esparcir las semillas —la mayoría de semillas, si no se mastican a conciencia, entran y salen del cuerpo intactas, es más, con abono para un mejor crecimiento. Es por esto que la fruta madura es atractiva, dulce, aromática; la naturaleza es la gran maestra del diseño. Sin embargo, las frutas verdes contienen lectinas y almidones que mantienen a los predadores alejados, así las plantas se aseguran el tiempo necesario para la correcta formación de las semillas.

Los oxalatos y el calcio

Los alimentos, unos más que otros, también contienen otro tipo de tóxico, el ácido oxálico o los oxalatos, que se consideran no beneficiosos ya que pueden deprivarnos de nuestro propio calcio —huesos, dientes— al consumirlo. Es curioso que muchos sepan que las espinacas y los aguacates son ricos en oxalatos, pero que ignoren que también son ricos en oxalatos los cereales, las judías y sobre todo el café y el té. Mientras que las espinacas contienen grandes cantidades de calcio y vitamina C en crudo, lo que minimiza la interferencia con la absorción del preciado mineral; el café y otros productos no contienen calcio o, como los cereales y las legumbres, se tienen que cocinar –con la inevitable pérdida de vitamina C– para poder ser consumidos.

Los oxalatos, que son tóxicos como los alacaloides, aunque están contenidos en pequeñas cantidades en las espinacas, por ejemplo, son otro motivo para que rotemos las plantas de nuestros batidos verdes a menudo. La acumulación excesiva de ácido oxálico puede hacerte experimentar similares síntomas de  intoxicación a los mencionados arriba.

Así que, expuesto el “mini problema» y propuesta la solución, seguiré insistiendo en la respuesta cuando me pregunten en qué baso mi dieta. Lo que como día a día: muchas hojas y plantas vivas y crudas, a ser posible en deliciosos batidos verdes.

Recetas de batidos verdes

Súper Green Smoothie, la manera perfecta de aumentar el verde en tu dieta
Pudding tricolor
Batidos verdes, ¿dulces o salados? Crema fría al aroma del Mediterráneo
Ensalada con queso azul y green smoothie con agua de mar