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Pasitas de flor de calabacín

¿Te ha pasado alguna vez que sales a hacer la compra de los alimentos básicos para hacer despensa y llenar la nevera para la semana y vuelves a casa cargada de mil y una maravillas y sin ninguno de los básicos que necesitabas? Oh my God! A mí me pasa cada vez que voy a visitar a mi frutero desde que llegó el buen tiempo con la primavera.

La primavera es una de las épocas que más me fascina, con su variedad de hierbas y flores y por fin las primeras frutas de color naranja, rojo, morado… y mil y una variedad de verde. No hay estación más cargada de colores y más anti–aging que ésta; hasta la luz ha cambiado y el mundo entero parece más vibrante.

Si te pasa como a mí, no sientas pena, al contrario, aprovecha para llenar tu cesta de la compra de vegetales poderosos, de flores bellas, de formas y colores nuevos… No te preocupes si no sabes cómo prepararlos, añádelos como un acento a tu ensalada y siempre funionará.

A nivel creativo, seguro que se te ocurrirán cosas más adelante. Una vez tu paladar se familiarice con el sabor de los alimentos nuevos, sus texturas, sus colores y aromas irás haciendo asociaciones nuevas, cada vez de manera más espontánea, ya verás. La cuestión es atreverse y probar. Aquí no hay que tener miedos: en el reino vegetal, especialmente en las verduras, encontramos todo lo necesario para una salud radiante y, mejor aún, acompañado del disfrute de los sentidos.

No hay nada más desestresante que sentarse a mirar un campo lleno de verdes y flores bajo un cielo azul intenso y un sol naranja, ¿verdad? Si coincides conmigo, no te prives de tus micro paisajes en casa, puedes decorar tus rincones preferidos con las plantas comestibles más poderosas mientras no las consumas. No sólo son bellas y estimulan nuestros sentidos favoreciendo el buen humor y el buen estado de ánimo, sino que purifican y regeneran el aire de nuestro hogar.

Pasitas de flor de calabacín

Si ves vegetales «insólitos» en tu frutería habitual, te invito a que hagas como yo: ni preguntes. Simplemente haz, toma aquellas plantas que te llamen más la atención y decora con ellas tus platos. Así nos diseñó la naturaleza, y así nos adaptamos a nuestro entorno, los sentidos hacen que nos sentamos atraídos ante las plantas más llamativas —por su forma, su color, su aroma—, es la manera que tenemos de detectar nuestro sustento, los súper nutrientes que contienen nuestros vegetales y también sus propiedades medicinales. Aunque a los urbanitas, entre el gris del pavimento y la vida separada de la naturaleza, se nos van atrofiando estos sentidos.

En todo caso, la primavera es EL momento de reconectar con nuestro yo más sensorial y poético. Yo ni lo dudo. Este sábado salí de compras y volví a casa cargada de plantas en flor y otras maravillas: capuchinas, flor de ajo, ajo de oso, tomates, gigantes frescos en su vaina, brotes de todos tipos y colores, hierbas silvestres, espárragos alpinos, aromáticas en flor… Las que no venían en tierra en su maceta, las tengo en vasitos con agua hasta que les toque el turno de honrar el plato. Aunque reconozco que a veces las contemplo más que consumo, son tan bellas que da pena cortar nada. Tampoco me preocupa, al contrario, ya que de momento tengo la casa llena de macetas con flores comestibles y vasitos con raíces y tallitos variopintos con brotes poderosos. Se dejan cuidar y crecen preciosos, fuertes y frescos hasta el momento de formar parte de mi plato.

Así que hoy te dejo una de esas recetas primaverales caprichosas: una receta nueva, deliciosa, bellísima, para disfrutar cuidándose y celebrar la vitalidad de la estación. Espero que la disfrutes.

Pasitas de flor de calabacín

Pasitas de flor de calabacín
Para 2 personas

Ingredientes
Para las pasitas
6 flores de calabacín
1/2 calabacín mediano (100 g), con la piel y troceado grueso
2 C (10 g) de levadura nutricional
1/8 c de sal marina o del Himalaya
1/2 limón (unos 15 ml), el zumo
1 C (5 g) de semillas de cáñamo
1 ramita de tomillo fresco, sólo las hojas
1/4 c de nuez moscada
pimienta negra recién molida al gusto
10 g de boletus deshidratados
1 hoja de ajo de oso (cibulé si no encuentras ajo de oso)

Para decorar
Flor de ajo al gusto
Ramitas en flor de tomillo
Mayonesa alcalinizante mezclada con curry en polvo al gusto

Método de preparación

En una batidora de vaso combinar, para las pasitas, el calabacín, el zumo de limón, la sal, la levadura y las semillas de cáñamo hasta obtener una pasta muy suave.

Añadir el resto de ingredientes para las pasitas menos las flores de calabacín y la hoja de flor de ajo (o cibulé en su defecto) y pulsar muy brevemente, sólo con la intención de mezclar, no de triturar, para que el tomillo triturado no nos amargue el relleno.

En un bol, mezclar la pasta del relleno con los boletus deshidratados y troceados y dejar reposar unos cinco minutos para que los boletus empiecen a absorber los líquidos y a ablandarse.

Rellenar las flores de calabacín con esta mezcla a partes iguales, dejando un poquito sólo del líquido para acabar de montar las flores al final.

Una vez rellena la parte del cáliz de las flores, cortar las hojas de ajo de oso de manera longitudinal para obtener seis cintas de unos 5 mm de ancho aproximadamente.

Atar con las cintas de ajo de oso la parte central de cada flor, para que no se derrame el contenido de las flores, y mojar las puntas de los pétalos de cada flor con el poco de líquido que reservamos del relleno.

Colocar las flores horizontalmente en las láminas del deshidratador y deshidratar a 38 ºC durante 6 horas. Dar la vuelta y deshidratar 6 horas más.

A la hora de servir, pintar un plato con mayonesa alcalinizante mezclada con curry al gusto y colocar las pasitas de flores al gusto decorando con las flores de ajo y las ramitas de tomillo.

Bon appétit!